Esta mañana me encontraba releyendo una revista que me compré en el Salón del cómic de Barcelona allá por 2010 titulada Amazing Monster (revista que os recomiendo encarecidamente). Ha llamado mi atención un artículo que pasé por alto la primera vez que le eché un vistazo y que trataba sobre los enanos de Holliwood y Bollywood, como es el caso que nos ocupa.
Si has visto alguna peli en la que salgan enanos, estoy seguro de que al menos uno era uno de estos tres.
El artículo mencionaba gran cantidad de actores enanos que han trabajado en una impresionante diversidad de películas y de los que parece que las productoras estaban más interesadas en su menguada estatura que en sus dotes interpretativas ya que muchos de ellos, por no decir todos, han interpretado a monstruos y criaturas fantásticas de limitado tamaño. Y esto me hace corroborar que al cine se la suda olímpicamente el ser políticamente correcto. De hecho, diría que hace lo posible por buscar justo lo contrario. Sobre todo en los subproductos de serie b, cuanto más insultante, humillante y ridiculizante sea el resultado, mejor.
El artículo me ha sacado de mi error al informarme de que Warwick Davis, el actor que dio vida a Willow, no fue el mismo que se embutió el traje de Howard el Pato en Howard: Un nuevo héroe (Howard the duck. Willard Huik. 1986), película que considero resultó extremadamente infravalorada en su momento y que creo que debería ser considerada una gran película de culto, ya que fue uno de los hitos de mi infancia y reivindicaré por siempre. El heróico y ofensivo pato del espacio fue interpretado por Ed Gale, el mismo tipo que ayudó a dar vida al muñeco diabólico Chucky.
Ni Los Vengadores ni hostias,
¡Ésta sí es la puta obra maestra de Marvel!
Por lo tanto, ha sido un tanto una decepción el hecho de que Willow y Howard no fueran la misma persona. Eso sí, Davis sí que interpretó a Wicket el ewok en El retorno del Jedi (Star Wars The Return of the Jedi. 1983. George Lucas ) y sus dos spin offs chorras La aventura de los ewoks (The Ewok adventure. 1984. Jhon Korty. a la que yo siempre he llamado y probablemente seguiré llamando El planeta de los ewoks) y La batalla del planeta de los ewoks (Ewoks: The Battle for Endor. 1985. Jim Wheat. Ken Wheat. De ahí que yo me mantenga en mis trece con el título de la primera parte de esta peluchil sub saga)
El merchanding de Star Wars ha incluído estos dos spin-off oficiales
que además contaron con su puta serie de dibujos. ¡Con todos sus cojones!
La serie de dibujos contó con la intro más rancia y más dejadamente interpretada de toda la historia
de las series de dibujos. Sin embargo, de pequeño no podía dejar de cantar la dichosa cancioncita.
Curiosamente, en latinoamérica se llamó La batalla de los ewoks, que en algún momento cambió de título y pasó a llamarse La batalla de Endor, posiblemente en algún "merchandisingiano" plan para hacer creer a los más despistados fans de Star Wars que se trataba de alguna edición extendida de la batalla final de El Retorno del Jedi o alguna barrabasada por el estilo. En cualquier caso, eso sería en la edición latina, porque el título original en inglés era Ewok: The battle for Endor . Me gusta que en la edición española cambiaran "Endor" por "el planeta de los ewoks" por que estas dos películas podían verse independientemente de la religiosa trilogía y ¿cómo iban sabían los infieles de mierda no seguidores de Star Wars qué coño era Endor? (sí, con lo de infieles de mierda estoy siendo sarcástico)
Y ahora, perdonad que haya desvariado un poco, pero es que me cuesta resistirme a tocar los huevos al extremo merchandising de Star Wars, saga de la que he de decir soy pseudo fan. Lo cual quiere decir que me gusta, pero tampoco me vuelve loco.
Volvamos pues con el tema que nos ocupa. Ese proceso llevado a cabo por el cine del explotation de enanos. Y sí, digo enanos. Porque parece ser que es imperdonable llamar a la gente por su color de piel, pero no hay ningún problema en ridiculizar la limitada estatura de esta gente. Prueba irrefutable es el puto Tirion de los cojones de Juego de tronos. No sólo permite que le llamen enano una y otra vez a lo largo de los capítulos si no que además los enanos son una raza en la serie de marras. Pero no los enanos fortachones, simpáticos y barbudos que veíamos en Dungeons & Dragons o (que dios me perdone) El Señor de los Anillos , si no que en la interminable parrafada parida por George R.R. Martin los enanos normales y corrientes, los que podemos ver por nuestras calles y existen realmente, son una raza. (Fíjate tú, Martin sí que tiene barba). Quiero dejar claro que esto es como si hubiera elegido que los parapléjicos fueran una raza mitológica. De ser así, todo el mundo se le hubiera tirado al cuello por irrespetuoso, incorrecto y cochino. Pero resulta que los enanos nos hacen gracia y no han tenido un Martin Luther King que los haya defendido, por lo que podemos seguir usándolos para hacerlos pasar por bichos raros y reírnos con toda impunidad, como en los tiempos de los fenómenos de circo. Sólo que ahora los vemos desde la seguridad de nuestras casas a través de una pantalla y, eso sí, éstos cobran más pasta de la que vosotros y yo veremos en nuestras putas vidas. Por cierto, podéis llamarme lo que queráis pero Juego de Tronos me parece un tostonazo y no pienso verla.
Se pasa la vida con putas, está forrado y es respetado.
¡La versión medieval y compacta de Charlie Sheen!
Uno de los enanos que sufrió esta explotación-vejación por la que tú y yo mataríamos ya que había dinero de por medio fue un filipino llamado Weng Weng. Alguien que, os aseguro, no fue contratado por sus dotes actoriles. Por lo visto, durante principios de los noventa este señor tuvo gran éxito haciendo parodias de la saga James Bond. Lo malo de estas películas es que no estoy muy convencido de que el humor que desprenden sea intencionado. Me imagino a los productores/creadores de las películas teniendo una discusión que iría más o menos así:
- Oye Eddie, estoy viendo que el James Bond éste está teniendo mucho éxito. Quiero hacer algo por el estilo.
- Buena idea, plagiémosle descaradamente.
- Pero Eddie, yo no tengo tanto dinero. ¿Qué podría hacer para que nuestras pelis sean mejores que esa saga británica?
- ¡Ya lo tengo! ¡Hagamos que el protagonista sea una enano!
-¡ Dios santo, Eddie! ¡Eres un puto visionario! ¡Hagamos un casting!
- No es necesario. En la puerta de mi casa vive uno que trabaja de limpiabotas.
-¡Servirá!
El resultado fue una serie de películas que, como he dicho, hacen bastante gracia pero no creáis que es por el estudiado guión o por la genialidad de sus diálogos. Hacen gracia porque no tienen un puto duro de presupuesto y porque, en vez de Bond tenemos a un enano. La diferencia de altura provoca situaciones de los más cómicas aunque las escenas en sí traten de dar un aspecto dramático. Es como si hubieran hecho una peli de 007 tal cual, pero sin tener ni puta idea de cómo hacerla y, vuelvo a repetir, con un enano. Leed bien la frase, decidla en voz alta vosotros mismos: Una película de James Bond protagonizada por un enano. ¡Es que hace gracia sólo de oírlo, coño!
¡Venga hombre! ¡Me vas a decir que esto no te hace gracia!
Y sí, así somos. Nos gusta reírnos de lo que es diferente. ¿Está mal? No lo sé, supongo que si a ellos no les parece mal, ¿por qué a nosotros? Ellos se lo pasan bien haciendo algo que es realmente divertido (venga coño, ¿quién no ha querido ser James Bond?) ya además cobran por ello y nosotros nos echamos una risas.
Si de verdad os creéis extremadamente dignos y estáis convencidos de que es algo de mal gusto y que a vosotros jamás os haría gracia algo así, ved el siguiente trailer y tratad de no soltar ni la más mínima sonrisilla. Y atentos, muy atentos, a las gafas para ver hombres desnudos. ¡No tienen desperdicio!
Os dejo con el trailer de For Yu'r Height Only (Eddie Nicart. 1981)